El diccionario de la Real Academia de la Lengua Española define el riesgo como la “contingencia o proximidad de un daño”; es decir, el riesgo es, de entrada, la probabilidad de que algo malo suceda o de que algo falle.
En la vida cotidiana, por ejemplo, unos padres primerizos encontrarán múltiples riesgos en la infraestructura doméstica a medida que el nuevo integrante de la familia avance en su desarrollo.
La esquina de una mesa, una toma de energía eléctrica, la estufa, los objetos pesados, pueden representar riesgos que, de materializarse, pueden provocar desde daños mínimos hasta tener consecuencias severas, así que un recorrido paso a paso por toda la casa, será de ayuda para ahorrarse, en el mejor de los casos, un buen susto.
Como consultores, en el proceso de implementación de un sistema de gestión de riesgos en las empresas u organizaciones, utilizamos esta analogía para otorgar dimensión a la necesidad de poner miras en el futuro y prevenir daños en lo más valioso de la compañía.
Algo muy importante: la gestión de riesgos, en mayor medida, es un proceso PROACTIVO, no REACTIVO.
¿Dónde se puede usar la gestión de riesgos?
En realidad debería estar integrado en todos los procesos de una organización, pues, a su vez, estos forman parte de sistemas en los que, de presentarse fallas, el impacto puede ser grave para la empresa o las partes interesadas, independientemente de su giro, tamaño, sector, país, etcétera.
Más aun, en la industria automotriz, bancos, manejo de la información y algunos otros sectores, los sistemas de gestión de riesgos son un requerimiento normativo.
¿Cuáles son los principales beneficios de la gestión de riesgos?
-Suena frío, pero en una organización con fines lucrativos la materialización de un riesgo puede significar desde el uso de recursos (no previstos) para corregir el impacto o, en el peor de los casos, el cierre de las operaciones.
-Dependiendo de la complejidad de los procesos, quienes los operan pueden encontrarse expuestos a situaciones que pongan en peligro su vida.
-Como consecuencia de la materialización del punto anterior, la empresa no solo verá comprometido su recurso humano, sino, de frente a un litigio laboral, recursos económicos.
-Una empresa u organización donde los riesgos se materializan una y otra vez por causa de la falta de una estrategia proactiva para prevenirlos también podrían enfrentar una crisis de imagen ante su fuerza de trabajo, clientes y proveedores.
¿Cuánto cuesta implementar un sistema de gestión de riesgos?
Gestionar riesgos implica invertir una buena cantidad de horas en análisis y ser muy creativo al momento de visualizar y crear controles.
Por otro lado, la alta dirección habla el idioma de los números, del dinero, de los resultados y un sistema de gestión de riesgos correctamente implementado obtendrá resultados favorables.
Calcular el ahorro en dinero que la compañía obtendrá al identificar ciertos riesgos, su ocurrencia y el impacto que tienen en el bolsillo de los inversionistas seguramente permitirá otorgar una ponderación alta a la necesidad de prevenirlos.
Quizá sea necesario hacer algunas adaptaciones, preguntarse qué es prioritario, en qué parte del proceso o de los procesos de la compañía puede ocurrir algo cuyo impacto sería catastrófico y comenzar por ahí.
Una buena sugerencia es implementar un piloto en una operación pequeña que nos permita demostrar cuál será el beneficio, sobre todo económico, de invertir en un equipo multidisciplinario que gestione los riesgos y eventualmente demuestre los beneficios en un retorno de inversión o a través del costo de la no calidad en el cumplimiento de las salidas que debería de tener un determinado proceso.